Entrando en el Santuario
 

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A quien visite el Santuario le invitamos a detenerse nada más entrar. Déjese empapar por la luz que viene de las vidrieras o por la penumbra que se ha ido formando bajo las bóvedas y comience a contemplar.

A la izquierda de la entrada, la Capilla con el Santo Cristo del Perdón, obra del escultor granadino Torres Rada (1945) y realizado en madera policromada. Fue regalo de la Familia Yanguas Mesía.

El punto focal del Santuario es el Icono rodeado por cuatro ángeles dorados en actitud de alabanza y el Espíritu Santo, en forma de paloma, desciende sobre María arropado por los ángeles. El Icono se halla en el centro del retablo. Sin embargo forma parte del eje vertical en el que aparecen también un Santo Cristo y el Sagrario.

De este modo, toda la composición tiene una relación explícita con el altar, donde culmina la celebración cristiana del misterio Redentor y la atención de quien mira hacia el Icono.

Alrededor del Icono, escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, recordando el presagio de la Pasión Gloriosa, que supone el Icono y el misterio de la Redención que representa, y figuras de los Apóstoles, enviados a proclamarla.
Al lado del altar mayor hay dos capillas: a la izquierda, la del Pilar, precedida por un hermoso cuadro de la Virgen Inmaculada; a la derecha, la de San Alfonso (1940, Talleres Senent), fundador de los misioneros Redentoristas, con su imagen y las de San Gerardo María Mayela (1726‑1755) y San Clemente María Hofbauer (1751‑1820), obra de los Talleres de Arte de Granada (1945)

Las vidrieras son obra de la casa Maumejean y representan diferentes imágenes de Nuestro Señor, de la Virgen, de los santos redentoristas o de otros santos relacionados con la Congregación del Santísimo Redentor como patronos o modelos apostólicos.